
15 Mar Preparar una comida romántica perfecta
A veces nos creemos que somos expertos en muchas cosas y a la hora de la verdad, nos quedamos a medias o ni siquiera llegamos. Tener presente la elección del vino en tu encuentro romántico es muy importante, pero antes también debes considerar relevantes otros aspectos:
En primer lugar, ¿organizamos una comida o una cena? En estos casos, es más habitual una cena, pero, ¿por qué no podemos montar una gran comida romántica? Es indiscutible que el tiempo juega a nuestro favor, sobre todo porque lo tenemos y estamos más descansados, por lo que las posibilidades de tener un final feliz son más elevadas.
Es innegable que, presentarse a las 14:00 en una casa con un montón de luz en el exterior, y que te encuentres con las ventanas cerradas y unas cuantas velas encendidas estratégicamente colocadas tiene un atractivo muy sensual. Y si hay una buena música, mucho mejor. ¡Empezamos bien!
-El preámbulo diferente ya lo tenemos montado. Pues vamos a seguir. ¿Qué tipo de comida vamos a elaborar?
Sencilla; buena comida preparada; carne; pescado; marisco…Creo que estamos de acuerdo todos en descartar la pizza aceitosa y que encima nos la han traído fría. No, no caigamos en este tipo de errores tan vulgares. Vamos a hacer disfrutar y, en este caso, es un disfrute de dos. La simple presencia del repartidor de pizzas, puede descolocar y desmotivar a cualquiera.
Así pues, empezamos a elaborar el menú:
Una buena ensalada, sencilla y con ingredientes de 1ª calidad; la mejor lechuga, zanahoria, tomate, pimiento verde y rojo; todo exquisitamente colocado en una bandeja elegante. En otra bandejita unas buenas anchoas y a su lado unos buenos tacos de bonito del norte en aceite de oliva y en salsa catalana. Procurar tener un buen aceite de oliva, vinagre agridulce y sal. Muy bien, y para enjuagarnos la boca una botellita de agua mineral al gusto. ¡¡¡NO!!!
Para maridar este primer plato, que actúa como aperitivo y entrante, no hay nada mejor que unas buenas y elegantes burbujas. Es la hora de un buen cava. En este caso ha de ser un cava brut nature con crianza pero no excesiva. Un mínimo de tres años será suficiente.
Es de vital importancia disponer de unas buenas copas de cristal, tipo flauta pero no excesivamente cerradas ni largas. También una cubitera, mejor sí es transparente, hielo y agua, harán el resto. ¿Por qué el cava? El cava es ideal para maridar los entrantes elegidos. Es fresco, sensual y elegante y si encima hemos sido generosos y nos hemos gastado el dinerito, todavía lo vamos a apreciar mucho más. El cava es el encargado de limpiarnos la boca con su acidez, frescura y nos permite brindar y poder ser más expresivos por si empezamos antes de hora.
Finalmente, de plato principal he elegido marisco, unas gambas, langostinos y cigalas, pueden ser dos o tres unidades para cada uno. Con la plancha bien caliente, en unos pocos minutos tenemos el plato elaborado. Servirlas en una bandeja y al lado un par de boles de agua con limón para limpiarnos los dedos.
Y, sin duda, el mejor vino para este plato es un buen albariño, que contenga la acidez, salinidad y los toques de fruta tropical para hacer que este encuentro se convierta en el más inolvidable de nuestra vida. Todos nuestros sentidos, desde el primer minuto hasta el final, estarán despiertos al cien por cien. El placer está asegurado.